
"Mira: todo momento es una cuna y un ataúd: que toda vida y toda muerte te parezcan extrañas y nuevas.
La rosa de otoño dura una estación; cada mañana se abre; todas las noches se cierra.
No ensucies tus manos en los cauces gastados. Purifica tus dedos en las aguas nuevas.
No te legues nada a ti mismo: ni placer ni dolor.
No seas esclavo de ropaje alguno; ni del alma ni del cuerpo.
Nunca golpees con el mismo lado de la mano.
Cuando dejes tus ropas por la noche, despójate de tu alma diurna; desnúdate en todos los momentos. Toda satisfacción te parecerá mortal. Fustígate de antemano.
No mires detrás de ti. No mires demasiado delante de ti. Si miras en tu interior, que todo sea blanco.
No te asombres de nada por la comparación del recuerdo; asómbrate de todo por la novedad de la ignorancia.
No temas contradecirte; no hay contradicción en el momento.
No ames tu dolor, puesto que no ha de durar.
Reflexiona acerca de tus uñas que crecen y de las pequeñas escamas que se desprenden de tu piel.
Contempla al unvierso como un atomista.
No resistas a la naturaleza. No apoyes sobre las cosas los pies de tu alma. Que tu alma no vuelva su rostro como lo hace el niño malo.
Sé olvidadizo de todas las cosas." *
*Fragmentos El libro de Monelle, Marcel Schowb*Fotografía "La procesión va por dentro" Andrés Romero, Colombia. Talentazo, ¡gracias!