Archive for noviembre 2006

A mi propio pie, que me deja y se adelanta...

martes, 28 de noviembre de 2006 § 3

No quiero que limpies mi camino.
¡Me lo borrarías!
Nemer Ibn

A veces, cuando me aman, el empeño es borrar la oscuridad en mi sonrisa, o el tiempo exagerado que dura mi silencio, y cuando mis ojos brillan como ahora, les asusta la posibilidad del llanto.

No deberían preguntarse cómo o qué tan duros fueron otros tiempos, tampoco deberían pensar en cómo hacer que los olvide. Yo misma he sido muchas, y al paso de los años con todas ellas se ha construido lo que soy.

Deberías pues, amarme por esta mirada perdida, envuelta en un gesto cada vez más ausente, deberías besar cada una de mis lágrimas y abrazar mis episodios más tristes y mis errores graves. Deberías esperarme, no avanzar solo, sin mi.

A fin de cuentas ¿no es por todo el pasado -igual el tuyo que el mío- que ahora estamos aquí, en el mismo camino?

*Fotografía de mi talentoso cuate Hector García, "Entre los pies de San Ignacio" Guadalajara.

La diosa niña

domingo, 12 de noviembre de 2006 § 5


Extiende sus manos, húmedas luego de tocarse el rostro. Algunas batallas ha perdido, delante de sus ojos temblaron, alguna vez, no pocos mares. Sin embargo el llanto no responde a la negrura del eco pasado, no responde a la conmoción ni a la tristeza. Cada lágrima es por las últimas sonrisas, pues en ellas no existió medida para el tiempo. Si es que la nostalgia no es realmente vivir en pasado, sino anhelar ese in illo tempore donde cada uno puede amar y pertenecer libre a todas las cosas, la niña se entrega a los licores de su propia agua salada; le vuelve frágil saber que tiene una felicidad genuina.

La muchacha escapa a sus deberes fingiéndose lejos. Debe entregar su aroma, legendario consuelo inaugurado por los dioses. Sólo ella conoce la tesitura de su alma y la antigüedad en la negrura de sus ojos, es por eso que huye, pues teme decir a los sacrificados que ella es aún más débil, quizá tanto como un pájaro erguido en la sombra. A pesar de todo sigue ahí, con su diadema de flor, sonriendo al hombre que no duerme en los calores de la noche y enamorado bebe canciones de luna, pues sólo en él hay muchos tipos de respuesta, aunque sea él quien pregunte y ella quien deba responderle.

Contador de visitas

Powered By Blogger