"Ahora vive en Roma, pero con Turín conserva muchos lazos: esa asociación, su escuela de letras Holden. ¿La escritura no es una cuestión autodidacta? ¿Cómo se aprende en una escuela?
Escribir es como correr. Hay que tener talento, físico adecuado y determinación, pero si quieres ganar medallas en una olimpiada, necesitas un entrenador. Para un escritor que quiere vivir de eso, como profesional, lo mismo. Nosotros escogemos 25 estudiantes al año. Entre ellos, uno o dos, acaban escribiendo libros. Otros se dedican al cine, a la televisión, al periodismo, a la publicidad. Nosotros enseñamos a narrar, pero no decidimos quién se convierte o no en escritor, es cosa de cada cual. Para los que tienen mucho talento y se dedican de lleno a la creación literaria después, la escuela les sirve para huir de su soledad, les ayuda a confiar en sus capacidades. Escribir es un oficio, como hacer pan; entraña fatiga, pasión, cuidado, no tiene que ver con la inspiración, es artesanía.
Pero salir de la soledad no conviene a la escritura, resulta fundamental saber estar solo.
Es importantísima, necesaria, pero hay que saber defenderse de ella. Si no sabes tratar con ella, debes renunciar a vivirla. Escribir libros sin soledad? No, mejor dicho, escribir buenos libros sin haber estado solo es imposible."
Me encanta Alessandro.
Si para ser bueno en cualquier actividad hay que entrenar y practicar a diario.
Pero solo puede contar cosas quien ha vivido y quien ha reflexionado sobre lo vivido.
Conozco Roma, aún no conozco Torino, y por raro que parezca si conozco Zacatecas. Hablé de ella en mi blog hace bastante.
Saludo!
Le agradezco el comentario puesto en mi blog y, al respecto de esta nota puesta en el suyo: "Pero salir de la soledad no conviene a la escritura, resulta fundamental saber estar solo", comento: Alguna vez platicando con unos amigos, recuierdo haber escuchado algo que me hizo temblra las piernas. El oficio de escritos es duro, pero el de poeta es terrible, hay que estar siempre solo y acostumbrarse a ello. No sé cuán de cierto halla en esto, pero si sé que a fuerza de golpear muros y puertas sin que nadie salga, uno se hace a la idea de que la soledad puede sernos siempre fiel, y que buscan las personas si no fidelidad; fidelidad amorosa, afectiva.
Un abrazo.
Pues tiene razòn Baricco, hay que correr, hay que escribir, hay que vivir.
Saludos