
No supe cómo es que las conocía, tampoco el por qué de mi fervor al padre, las once hermanas marchaban detrás del silencioso Schwob, cabeza abajo. Mirándolos desde la ventana de coche yo abandonaba el pueblo, sonriendo con dolorosa malicia como cuando se deja una vida detrás. Ni los amores ni sus muertes lograron detenerme, no me reconocí entre aquella noche, hasta que alguien me llamó: ¡Monelle!..
Texto ganador en Punto de lectura. ¡¡!Gracias por los libros, me servirán mucho!!!
Pintura: Mark Ryan