Fue la ausencia

sábado, 18 de marzo de 2006 § 1



I

Aunque el rumor de la vida gastara en su viaje las sales de mi cuerpo, un olor ausente, casi etéreo, embriagaría mi destino. Soy lo que no buscaste; mi palabra es silencio, y los silencios no existen.

II
Nací de estrellas y entre las aguas vine. Aprendí el lenguaje de los mares, con suspiros trémulos y el gesto a veces cansado.
Siempre estuve callada.
El silencio fue el himno que inmaculó mis deseos, cada uno fue mientras dormía; así, clandestinos, no murieron jamás. Mi corazón se alimentó del sueño, y en ese beso que dejé en las olas, flores oscilantes y destinadas a la muerte, ofrecí mi aliento al dolor de las cosas que perdí sin conocer, al delito sombrío de amar las ausencias.

III
Un día tu dolor se enterró en mí. Invocaste palabras no dichas y salí a tu encuentro. Olías a mar. El tiempo concibió una fisura mutua; tu camino descartó en adelante los motivos de un rumbo. Luego tu imagen, apenas trazada, se borró pronto, ligera entre la espuma.
Fue la ausencia dulzura para mis ficciones, para todas las cosas que fuera de mí no viven; aseguré la eternidad de mi silencio. Tu ausencia se parecía a la muerte pero no era ella, sino su irremediable pretexto.

IV
Entre caracoles y arena descubrí un lugar para pensarte; la canción con que te honro es en mi silencio la resonancia perpetua. Mi canto está en las notas apagadas, en las melodías que reproduce el mar; mi canto es el amor que no te digo, en el calor de la ausencia, tentada siempre por los misterios de la posibilidad.
Aquel día me perfumó tu aliento, un suspiro mordaz y suplicante, equilibrio perfecto entre el viejo Gargantúa y los pétalos de una flor.
Entre algas moribundas recordé tu sombra y deseé que en ti existiera lo que el cielo es al mar. Soñé que mi alma era la eterna espera; mi silueta un polvo al que amabas, siempre. Soñé que mi sombra te evocaba un olor tan dulce como los vapores de sal y saldrías a buscarme. Imaginé que un día regresarías por mí.
Te esperaré cantándole a la luna en fervoroso silencio, mientras las olas se llevan poco a poco los trozos de mi vida.

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