Confesiones a Benvenuta

miércoles, 2 de agosto de 2006 § 0

París, 17, rue Campagne Première

1° de febrero de 1914

Interrumpe una carta a la mañana y dice:

Más tarde
Justo en ese momento llegó la femme de ménage para limpiar todo; muy lenta, llena las mañanas con nuevos chismes y no piensa siquiera que uno puede no querer escuchar. De esta manera uno permite que lo rieguen durante un rato, como a una planta en maceta, confiando en que la conocida generosidad de la naturaleza hará que esta humidité de algún modo contribuya a hacerlo crecer. Hélas, chère amie, estos personajes menores admitidos en la casa por su probada habilidad para para manejarse con los fastidiosos quehaceres domésticos, ¡de qué manera pueden convertirse en fuentes de ruidos, en un fastidio, en una verdadera molestia! Es como si uno hubiera comprado una serie de felpudos solo para tropezar con ellos en cuanta ocasión se presenta. Para abreviar hice lo que hago todas las mañanas después de haber sido regado lo suficiente: me desbordé.

(Fuente: Rainer Maria Rilke. Cartas a Benvenuta. Leviatán)

What's this?

You are currently reading Confesiones a Benvenuta at Ana Corvera.

meta

Contador de visitas

Powered By Blogger