La mejor de mis recomendaciones

jueves, 17 de agosto de 2006 § 1

El libro de Monelle

Marcel Schwob (1867 1905)

Por Ana Carolina Corvera García

Sobre las turbaciones y los espasmos, el también autor de Vidas imaginarias no hubiese escrito palabra favorable, acaso alguna vez haría sólo una advertencia que rezaba “la timidez –en su calidad dubitativa- es la madre de todas las mediocridades”. El no vacilar es lo que Schwob alabaría, pero ¿cómo mantener la serenidad, ante un libro como el de Monelle? ¿cómo no detenerse y flaquear ante cualquiera de sus hermanas, esas que son todas y y una al mismo tiempo? Pareciera que el libro está hecho para ser una encrucijada, en la que se evidencia todo aquello frente a lo que no debemos detenernos.
Construído entre el aforismo y la prosa poética, el libro de Schwob es aún joya desconocida. Ya en un prólogo José Emilio Pacheco lo mencionaría, recordando al magnífico escritor francés como un inventor incluso de su propio destino, al momento de (pre)destinar, según su temperamento, una obra con valor universal a un casi total olvido, y es que Schwob ha alcanzado, sin embargo, “el mayor y el único verdadero triunfo al que pueden aspirar los escritores: entrar en comunicación íntima con unas cuantas personas que se acercan a sus libros”. [1]
Monelle, la pequeña vendedora de lámparas, aparece solamente cuando el silencio le guía hacia alguna pena; es hermosa, no por la finura de sus rasgos, cuyas características por cierto son desconocidas, y tampoco por la nobleza de sus sentimientos. A ella, la pequeña prostituta que es una y todas sus hermanas a la vez, la embellece su presencia noctura, onírica, siempre distante y a pesar de todos, fugaz. Monelle aparece siempre en el momento adecuado, cuando no hay ni voces ni recuerdos. En cuanto se asoma alguna idea, ella se va.
Y es que Monelle es dueña de un secreto que es preciso descifrar; no es causalidad el que jamás esté junto al sopor de las luces, sino únicamente en las noches, pues es en ellas donde comienza el verdadero camino, en el que el juego, los olvidos y la idea de verdad cobran nuevos significados. Ahí, en esas tres palabras está quizá por completo el secreto de Monelle, un secreto que no deja de provocar espamos, de ponernos tímidos con la fuerza de los aforismos porque su perspectiva del mundo es cruel a ratos pero cierta, y porque lo oculto está al mismo tiempo grande y claro en el transcurso de las páginas.
El recorrido se hace a través de cada las de hermanas, que son todas y al mismo tiempo sólo una, pequeñas diosas que con su terrible pureza nos llenan de espanto: pocos pensarían que en un silencio infantil estuviera la satisfacción de una muerte segura, o que durante el juego una nuca lechosa y delicada escondiera todas las sensualidades y que ahí hubiera claros indicios del secreto, de la verdad. Los personajes podrían parecernos ajenos en un principio, sin embargo, es tan sencillo entrar en comunión con cada uno, por más terrible y hasta insospechado que nos parezca porque las suyas son de las más puras inclinaciones humanas. Cada relato entreteje una metáfora que está ahí, oscilando tranquila, a la espera de saber cómo es ella misma un delicioso misterio.

[1] Prólogo a “La estrella de madera”. Revista Fractal.

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§ 1 Response to “La mejor de mis recomendaciones”

  • a cartón ps nunca entendi de que trata el libro no la historia que supongo cuenta... pero dan ganas de leerlo eso que ni que

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